viernes, 27 de mayo de 2011

MADRE EN TU DIA...

Existen muchas cosas, que bien pudiera regalar a mi madre en el dia de la Madres. Pero quiero ofrecerle uno, que aunque no se compra, tiene un valor inigulable: mi eterno reconocimiento por una vida llena de sacrificios a favor de sus hijos. Asi mismo, hago extensivo este reconocimiento, a todas las madres cuyos hijos les cuesta tanto decir “te quiero mama”.

Por que nuestras madres son de esas madres que se levantaban muy temprano para llevarnos al colegio cuando eramos niños, que mal desayunaban para que pudiéramos hacerlo nosotros mejor. Esas madres que muchas veces no entendíamos y que otras en silencio, eran las mejores madres del mundo. Me refiero a esas madres que sin estudios en economía, manejaban sus hogares con escasos recursos, alargando el peso para llegar a fin de mes; que aguantaban nuestras pendejadas, asi como nuestros muchos desplantes de adolescente. A esas madres que nos cuidaban cuando estábamos enfermos, que dormían poco esperando que nos pusiéramos bien, que disfrutaban viéndonos jugar con inocente entrega.

Cuando hablo de mi madre lo hago extensible a todas las demás porque se lo merecen. Son merecedoras de este reconocimiento. Pero también creo que no es suficiente con esto, que hay que quererlas siempre. Muchas veces no nos damos cuentas del valor de nuestras madres porque las vemos todos los días y estamos más ocupados de otras cosas, que no recordamos que están con nosotros, cuando más las necesitamos, cuando enfermamos, cuando necesitamos de alguien, siempre estan o han estado allí. Pero nos olvidamos que también tienen una vida y necesitan nuestro afecto.
Creemos que la condición de hijos nos da la licencia para exigir de nuestras madres toda una vida de servicios y no somos conscientes que también tenemos con ellas obligaciones. Ha quien debemos de querer ahora que lo necesitan, de darles el reconocimiento que se merecen a una vida de sacrificios, de esfuerzos, de tesón, de horas esperando a que llegues, de las veces que se han conformado con un trozo de pan. Por esas horas y por toda su dedicacion. Y aun muchos años despues de que perdimos la niñez, siguen preocupándose por nosotros y por sus nietos.

Es ahora que llegado su día, aprovecho para decirte a ti y a todas las madres del mundo ¡Gracias por ser Madres ejemplares!.

Nolberto Sabino